Martes 24 de enero. De Valencia a Santa Cruz de la Palma
![]() Inconscientes... ...e ignorantes de que van a ser abandonadas durante 8 días, mis gatas se despiden de mi como quien ve a su papi salir a trabajar un día más. ![]() Practicando newslogging en Barajas Deporte de reciente acuñación del que me siento campeón del mundo y que consiste en leer, subrayar y comentar un periódico para después abandonarlo en un lugar donde alguien pueda recogerlo y continuar newsloggeando. ![]() En el aeropuerto de Manises Momentos antes de pasar el control, con unas tijeras en la mochila. Y sí, lo pasamos. ![]() Ya en La Palma Nada más pisar el aeropuerto comprobamos que lo de las montañas en esta isla no va de broma. ![]() Santa Cruz de la Palma Ciudad colonial con iglesia colonial, balcones coloniales y todo lo que debe tener una ciudad colonial. Eso sí, un poco más escaparate que habitable, para nuestro gusto. ![]() Balconadas de madera en Sta.Cruz de la Palma Una de las imágenes más representativas de la capital de La Palma. ![]() Garbanzas en el Chipi Chipi Para terminar el día, comida canaria en el sitio más tipico a 15 minutos de Santa Cruz. Lo mejor los potajes, en primer plano unas garbanzas. Buen precio. | Como en casi todos los viajes en avión, salimos de casa pensando si no habremos olvidado algo imprescindible. Y como en casi todos mis viajes, y aquí quiero distinguirme de Iciar, con el tiempo un poco justo para coger el avión. Íbamos ligeros de equipaje por aquello de que algunos días pensábamos andar con todas nuestras cosas a cuestas, tan ligeros que pensamos no embarcar ninguna mochila para ahorrar tiempo. Poco después caímos en la cuenta de que llevábamos unas tijeras en el neceser. ¿Qué hacer? Iciar decidió arriesgarse a perder sus tijeras y de paso comprobar la eficacia de los controles en los aeuropuertos. Y así es como pasamos los controles de Manises y Barajas con unas tijeras en la mochila. Del resto del tiempo pasado en los aeropuertos, se podría destacar un descubrimiento que hice leyendo un periódico, y es la cantidad de nuevos deportes que es capaz de inventar la gente para poder ser campeona del mundo en algo. En este caso se trataba del "rapid ball", deporte de reciente invención en Palma de Mallorca y que cuenta entre sus practicantes con jugadores de paddle, squash, tenis y famosos en general. No sorprende que en 5 campeonatos del mundo y 5 de España que llevan celebrados -todos en Mallorca- cuenten ya con varios campeones mallorquines. Es por ello que me decidí a inventar un nuevo pasatiempo-deporte, del cual me autoproclamo campeón del mundo hasta que alguien decida disputarme el título, y que vine a llamar newslogging. Consiste en leer un periódico a la vez que se subraya y comenta todo aquello que el lector o newslogger encuentra jocoso, indignante o digno de crítica, para después abandonar el periódico en lugar visible, de modo que otro newslogger pueda retomar la tarea. Después de semejante contribución nos unimos a la cola de la puerta de embarque como todo el mundo, y es que somos asín de modestos. Poco antes de pasar el control caímos en la cuenta de que llevábamos unas tijeras. Como no queríamos embarcar ningún bulto decidimos probar suerte y... ¡vaya que si coló!, nadie se dio cuenta. Es más, a la vuelta todavía trajimos algún objeto punzante más, a parte de las tijeras, y volvieron a pasar sin problemas. El aeropuerto de La Palma está al este de la isla, junto al mar y protegido por verdes montañas. De allí tomamos un autobús hacia Santa Cruz de la Palma que va bordeando toda la costa. Encontramos nuestra pensión y dejamos las mochilas para pasar el resto del día paseando por la ciudad. El centro histórico y el paseo son dignos de ver: arquitectura colonial, balconadas de madera y un embravecido mar que no para de romper sus aguas contra el rompeolas. Sin embargo, Santa Cruz nos dejó el regusto de ser una ciudad turística y cuidada en su aspecto pero no lo bastante habitable. No hay mucho que hacer a parte de pasear o al menos esa es la impresión que se lleva el visitante de un sólo día No dejamos de probar los helados del paseo y de hacer la visita de rigor a la oficina de Información Turística donde un señor muy simpático nos recomendó encarecidamente subir en coche al Roque de los Muchachos y, por qué no, pasar allí una noche viendo las estrellas bajo el cielo más limpio de Europa, y especialmente ver el amanecer desde allí pues, según nos contó, el sol va descubriendo La Caldera de Taburiente montaña a montaña de forma espectacular. Finalmente hicimos caso de las 2 o 3 guías que habíamos consultado y fuimos a cenar al Chipi Chipi, un restaurante a unos 15 minutos de Santa Cruz de la Palma, al que llegamos en taxi y que no nos defraudó en absoluto. |









